Nos han enseñado terapias para hacernos sentir mejores con nosotros mismos. Cosas como perdonar mentalmente, o soltar las cargas como quien tiene un saco y lo entrega a alguien que aparentemente puede hacer algo distinto con eso. Pero soltar el saco no genera ningún cambio en nosotros, más que el alivio de haber hablado del tema con alguien y la supuesta importancia de resumir el problema y "darlo" en oración. Déjenme explicarlo. Soltar nuestras cargas es mucho más que envolver el problema en un saco, llevarlo ante Dios y decirle "Señor, te entrego esto". Es mucho más que una frase. Es ir a la Biblia y recordar que tenemos un premio más grande porque nuestra fe está basada en eso y rogar en oración que el Señor nos recuerde una vez más que nuestra esperanza está en un lugar mejor, fuera de este mundo, y anhelar en medio de cualquier situación que nuestra meta suprema sea serle agradables al Señor con una pasión que desborde, como dice Pablo en 2 Corintios 5...