"Está vestida de fortaleza y dignidad y se ríe sin temor al futuro".
Este tiene que ser uno de mis versículos favoritos de toda la Biblia; está en Proverbios 31:25 y es un pasaje que está describiendo lo que es una mujer virtuosa, es decir, habla sobre cómo es una mujer valiosa y llena de virtudes increíbles.
Y entonces la describe como diligente, trabajadora, sabia, talentosa y fuerte, y no es una mujer fuerte solo porque tenga los músculos para levantar objetos, no, no es esa fuerza a la que se refiere este pasaje. Una mujer que se ríe de los problemas que vienen, no es una que mira sus piernas musculosas y se anima, no es una que ve sus abdomen fortalecido y encuentra ánimo, no, porque los problemas futuros son inciertos y no encuentran solución en un abdomen musculoso. Ella tiene fortaleza porque mira a su Dios y recibe el aliento que necesita.
Esa palabra "fortaleza" viene del original hebreo "onz" (se pronuncia owz) que significa seguridad, atrevimiento, poder, audacia, fortaleza. Es por esa razón que puedes ver muchísimas personas musculosas por ahí que son sumamente débiles ante los problemas de la vida, se desploman cuando pierden algo o a alguien, cuando viven situaciones difíciles, simplemente no pueden soportarlo. ¿por qué?
Si revisamos en algunas partes de la Biblia donde se aplica la misma palabra "fortaleza", encontramos, por ejemplo, Éxodo 15:2: "El Señor es mi fuerza y mi canción, y él se ha convertido en mi salvación". Éxodo 15:13: "Tú, en tu misericordia, sacaste al pueblo que redimiste; tú los guiaste con tu poder (con tu fuerza) a tu santa morada". O en Job 41:22: "En su cuello permanece la fuerza, y la tristeza se convierte en alegría ante él".
Está hablando de Dios. La fortaleza es un atributo que Dios posee. O sea que esta mujer que está vestida de fortaleza, es una mujer que ha estado pasando tiempo con Dios, que lo conoce, que puede reírse sin temor al futuro, no por su propia capacidad, sino porque conoce la capacidad del Dios al que ella sigue.
Ella pudo haber estado cargando valdes llenos de agua, o madera pesada para llevar a su hogar, pudo haber hecho cualquier cantidad de trabajos que requerían fuerza física en esa época, pero ella sabía que si pasaba cualquier cosa, que si perdía a alguien, que si vivía una situación difícil, que si perdía su salud, su trabajo, o cualquier cosa, correría a los brazos correctos de un Dios fuerte que la sostiene.
Cuando Proverbios 31 empieza diciendo "mujer virtuosa, quién la hallará", solo puedo pensar en que tiene toda la razón en que es una mujer difícil de encontrar, y que quizás las mujeres de hoy, las que estamos en este mundo ahora, necesitamos aprender con urgencia a vestirnos con la ropa correcta. Fíjense que en 1 de Pedro 3:3 dice: "No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios" y aquí viene la mejor parte: "Así es como lucían hermosas las santas mujeres de la antigüedad. Ellas ponían su confianza en Dios...".
Una mujer verdaderamente fuerte no tiene necesidad de impresionar a nadie, tiene asegurada su identidad femenina de una manera tan profunda y poderosa que no pierde el tiempo metiéndose en batallas que no le corresponden.
Por eso me alienta saber que un espíritu tierno y sereno es precioso a los ojos de Dios y que a su vez esa mujer tierna puede ser increíblemente fuerte ante cualquier circunstancia de la vida cuando mira a su Dios y pone toda su confianza en Él, sin temor, sin duda, sin tristeza sino con la plena certeza de que el mismo poder que sacó al pueblo de la esclavitud del Faraón y abrió mares y envió plagas, y alimentó, acompañó y sustentó a su pueblo, es el mismo en el que ella puede descansar hoy y decir: estoy vestida de fortaleza y dignidad y me voy a reír sin temor al futuro.
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