Han sido años descubriéndote en cada camino, palpando el aire y recorriendo sueños inimaginados, simples e inmortales.
Ha sido tiempo y lágrimas que me enseñaron que en ti soy fuerte de una manera más débil que lo que antes conocía. Y me llevaste por lugares que no quería conocer, me llevaste a ver con los ojos cerrados y el corazón abierto.
Ahora sé bien lo que duele en tu pecho. Conocí tus lágrimas derramando mis sueños, para soñar lo que tú has querido, para pensar como tú has pensado, para vivir para ti estos años, para querer como tú has querido.
Aún no lleno tus zapatos. Resulta curioso pensarte con tanto amor a cuestas, con esa pasión por la gente y un sacrificio que no se reemplaza. Resulta intrigante verte caminar a casa, descalzo y sin tener dónde recostar tu cabeza. Resulta profundo pensarte naciendo en medio de escombros, sin nada, dejándolo todo.
La luz del mundo en la oscuridad de un establo; el amor encarnado naciendo con frío, llorando con hambre, temblando dormido. Nunca te entregaste a medias.
Eres un milagro y eres quien lo crea.
Eres la esperanza hecha a mano.
Tu sangre, tus huellas, tu sonrisa...
Cuánto me hubiese encantado verte, y cuánto amo ahora poder hacerlo.
Mi deleite, tu historia; mi futuro, tu pasado; mi esperanza, tu sacrificio; no hallo la forma de imaginar qué es eso que estabas pensando para darte entero sin ningún reproche.
'El camino' se abrió paso entre la gente, marcando mis pasos hace más de 2.000 años.
4336 días contigo. ¡Te amo tanto!
Comentarios
Publicar un comentario