La lucha por agradar a otros
Yo lo hacía y todavía me cuesta en ocasiones recordarlo. Lo que otros dicen de nosotros es como una pesada carga que llevamos con el fin de querer agradar a los demás, y esto, a decir verdad, es una carga que pesa el doble cuando eres cristiano. ¿Por qué? porque los cristianos somos todo eso que la gente busca cuando quiere resolver un problema, pero todo aquello que rechazan cuando de dejar un pecado se trata.
Dios nos ha llamado a hablar, a predicar, a compartir el evangelio, y en definitiva el evangelio es muy molesto para las personas que rehusan a escucharlo porque su primera impresión es: "Si reconozco a Cristo como mi Señor, tengo que renunciar a la vida que me gusta, al pecado y a vivir bien". ¡No pudieron decirlo mejor! quieren a Cristo únicamente como el salvador ¡pero como Señor, jamás! ¡ni porque les paguen! -Por esa razón celebro que sea Él quien abra nuestros corazones, ¿quién podría elegirlo por sí mismo?-.
Los cristianos luchamos con querer agradar a otros y pecamos con nuestro silencio y pasividad. El Señor no nos ha llamado a agradar a otros, bien lo dice Gálatas 1:10:
Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Gálatas 1:10
Si nosotros buscamos agradar a los hombres antes que a Dios, vamos a dejar de agradar a Dios por completo. Esto descarta plenamente el discurso de estos tiempos de que Dios es amor y acepta a todos como sea, incluso acepta al pecado porque ama a la humanidad, entonces ves carteles en las marchas de la comunidad LGBTIQ donde dice "Dios es amor", y la pregunta es ¿de dónde sacaron eso?, lo hablaba con una amiga hace unos días, si dicen que Dios es amor tuvieron que leerlo en Su Palabra como uno de sus atributos, ¿y si lo encontraste en la Palabra, qué vas a hacer con las páginas donde dice que Dios aborrece el pecado? ¿qué vas a hacer con las páginas donde nos llama a vivir en santidad? ¿qué vas a hacer con las páginas donde muestran los demás atributos de Dios? ¿Sabías qué el atributo que es resaltado 3 veces seguidas es "Santo, Santo, Santo"? ¡Cómo será su santidad que mencionarla una sola vez no es suficiente! Acerca del cielo la Palabra dice:
Por encima de Él había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria.
Isaías 6:2-3
Imagina a los ángeles cantando una y otra vez, una y otra vez "Santo, Santo, Santo".
Santidad es todo lo que la gente aborrece, pero al Dios de amor, a ese sí lo quieren. ¡No puedes escoger solo un atributo de Dios para justificar tu pecado! eso es una abominación. Si usas una parte de la Biblia, LA USAS TODA.
Y este mensaje es para los cristianos. No es tiempo de ser neutral, no es tiempo para ser imparcial y callar para no molestar a otros, y tampoco es tiempo de que lo que eres sea definido por los demás. No podemos destruirnos por lo que otros digan acerca de nosotros en nuestro trabajo, en nuestra casa, en nuestra universidad, ¡no! Hoy te animo a hacer un esfuerzo consciente para no preocuparte por las opiniones de otras personas acerca de ti. Ten cuidado en lo que eres para que no sientas la necesidad de ser validado por nadie más aparte de lo que eres en Dios.
¿Y quién soy en Dios?
Hace un par de años me sentía destruida porque personas a mi alrededor de diferentes lugares estaban pensando mal acerca de mí, estaban hablando mal de mí por un sueño que tuvieron (quién sabe qué película vieron antes de ir a dormir), y por decirle "no" a un chico de la iglesia. ¡No quise seguir conociéndolo! ¡no era la persona que quería para mí y punto! pero las personas empezaron a hablar de más, y esto es lo que hace el pecado: daña a la gente y daña relaciones. Este pecado de murmuración me estaba alcanzando y me estaba lastimando, y me recuerdo caminando con tanto enojo que no podía contener el llanto, pero un amigo me escribió algo que nunca olvidé:
Alejandra, escúchame a mí, tú no eres lo que otros dicen que eres. Vales la pena por lo que eres en Dios.
¡Qué simples palabras esas! él nunca supo el eco que eso tuvo dentro de mí. Todavía las tengo guardadas en mi teléfono, porque recordar eso logró que de inmediato secara mis lágrimas y recordara que Cristo murió por mis pecados para reconciliarme con el Señor, incluso mis pecados futuros. Él me ama siendo imperfecta, y me ama siendo débil, y me ama sonriendo o llorando. El Señor me cuida, el Señor vigila mis pasos cada día. El Señor no duerme, el Señor me ha prometido una preciosa eternidad a su lado, y caminar con mi mirada enfocada en ese precioso regalo hizo que todo lo que pasara aquí se difuminara para mí. Eso logra que quiera agradarlo a Él por encima de todo, y logrará que me mantenga firme el día que me pidan negarlo y yo no lo haga por amor a su nombre, y porque su promesa es cierta y es eterna, y no cambia, y no varía, y no depende de lo que yo haga o deje de hacer, Él ha prometido que nunca me soltará, que soy suya, que le pertenezco y que mi nombre habla de su infinita gracia para conmigo. ¡Qué preciosa verdad!
Te animo nuevamente a que pongas tu mirada en lo realmente valioso:
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Colosenses 3:1-3
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